Estoy haciendo un curso de SCRUM donde un tío que es del Real Madrid nos explica la importancia de este enfoque de gestión de proyectos ahora (ahora) – ahora (ahora) = ”ahora”- que la sociedad es líquida, o ya gaseosa, y que la gestión de proyectos tradicional pues como que se queda corta.
Y ahí se dice lo de los artefactos, que son los útiles de la agilidad scrumiana; lo de los roles, perfiles que andan ahí protagonizando artefactos, y todo lo que, en conclusión, hace que el trayecto entre lo definido y lo ejecutado sea móvil, adaptable e incorpore al que paga en todo el proceso.
Todo cosas de sentido común ,pero, acaso el sentido común no tiene precisamente ese objetivo? El de construir espacios de puro sentido común para aquellos (pocos) que lo tienen?
La inteligencia es un salvoconducto para el trabajo, y eso nos hace postmaterialistas y vividores. Brindo por la literatura ágil.