Como alternativa a la tecnodiversidad de Yuk Hui, aproximémonos a una distribución estratificada de las manifestaciones dentro del eje de la techné. Partiendo de la base del carácter universal y sincrónico que viene a exhibir el pronunciamiento tecnológico (y que es combatido por el autor asiático desde el mencionado recurso a la tecnodiversidad), podemos, en nuestro caso y alternativamente, coger la vereda de lo particular, que es expresión de variación, a través del arte.
Ya Heidegger en su básico de La pregunta por la técnica recetaba el recurso artístico ante la amenaza singular que de manera recurrente aparece en la literatura y pensamiento tecnicista. La singularidad tecnológica, como horizonte distópico, aleja la razón humana de la frontera del conocimiento debilitando la dimensión cognitiva protagonista desde la ilustración. Nuevo paradigma que, puesto en contexto, sucede a la metafísica medieval y a la razón moderna para inaugurar la era en que los umbrales de lo plausible (concretos y abstractos) corresponden a formas de desarrollo computerizadas, no racionales.
El nuevo universal cognitivo es determinado por factores de producción -no biológicos-, reconfigurando -enfatizando incluso- estructurados socioeconómicos, resultando en la opacidad del techo de los saberes y dotando, al fin y en respuesta al título del texto, de entidad al proceso creativo-personal que alude a lo intersubjetivo como dimensión principal en la determinación humano-reflexiva, o, en otras palabras, en el cómo el ser humano se categoriza a sí mismo.